La Reforma de la Constitución

Hoy que se cumplen treinta y seis años desde la proclamación de la última Constitución, los medios de comunicación están llenos de reflexiones sobre las necesidades de reformarla o de no hacerlo. Las opiniones se centran en diferentes aspectos de la reforma y en la resistencia del partido que sustenta el Gobierno Central, para  aceptar la necesidad de acometerla.
No tengo intención en este breve comentario, de incidir en cuestiones que  políticos y analistas exponen con mayor extensión y precisión, que la que yo pudiera darle en este artículo. No quiero entrar en debates, sobre si España necesita una Constitución que la consagre como un país de corte Federal, o en si el sistema bicameral debe ser modificado, bien por la eliminación del inutil Senado, bien por la reforma de sus funciones hacia una cámara territorial con sede en Barcelona. Habrá tiempo suficiente, en cuanto se habra el periodo de reforma, para debatir los múltiples aspectos cuya reforma debe considerarse.
Lo importante para mi, tal día como hoy, es proclamar que la Constitución de 1978, debe ser reformada más allá de toda duda. Hay que abrir el melón constitucional (Fraga dixit), y afrontar las discusiones que los grupos políticos planteen en la nueva ponencia constitucional. Hay que afrontar todas las cuestiones que se planteen, con valentía y rigor, ya sean las proposiciones que hemos apuntado más arriba, ya sea para debatir los problemas derivados del "derecho a decidir" y las cuestiones profundas de nuestra convivencia. Lo importante sería también, que en esa ponencia constitucional, estuvieran presentes todos los grupos políticos y no se volviera a dejar fuera a grupos como el vasco en 1978. Lo importante sería que el nuevo texto se sometiese nuevamente a referendum.
Porque para los que como yo, vivimos el proceso político tortuoso, entre la muerte del dictador y la proclamación de la Constitución, siempre ha habido una sombra que empañaba, no la legalidad del texto Constitucional que nadie cuestiona, pero si la legitimidad plena de una Constitución, que nacía tutelada por el poder en la sombra del ejército franquista. Una tutela que ensombrecía la libertad con la que se tomaban las decisones, una tutela que había rebajado los marcos de libertad  de los grupos políticos y de la sociedad en general. Nadie creo que dude, de que las decisiones tomadas bajo coacción, carecen de validez  o tienen mancillada su legitimidad.
Ese pecado original, esa pequeña mácula en la Constitución, que durante décadas ha planeando sobre ella, y que ha servido incluso de coartada a muchas actitudes hostiles a la democracia,  debe de ser eliminada de una vez por todas, ahora que ya no existe la presión axfisiante de los reaccionarios franquistas y del ejército del dictador.

                                                                                                  Donostia 6 de Diciembre 2014
                                                                                                                    IZ


Comentarios

  1. Efectivamente la esencia de la democracia se basa en el diálogo y en el debate, mi preocupación al respecto es si quienes nos gobiernan conocen tal realidad y no siguen aún anquilosados en aquello de la democracia orgánica(aunque con tanto decreto ley parece ser que sí, que se hace lo que les sale de los órganos)

    Estamos sumidos ahora mismo en una espiral de despropósitos políticos que van desde la pataleta al ya no te junto, parece que en vez de un parlamento tenemos un parvulario que está regido por uno de esos niños que cuando juegan y se enfadan se llevan la pelota jodiendo a todos los demás.

    Como ciudadano, o eso creo, de este país, siento cierta vergüenza ajena ante tales comportamientos, pues se espera, que los gobiernos de los países defiendan los intereses de ellos mismos y no los de multinacionales o los impuestos por Alemania. Sentí profundo asco cuando el otro día, el jefe del Estado, apareció en Alemania hablando de las bonanzas de la buena sintonía entre España y Alemania y no pude evitar pensar en Gernika y otros tantos desmanes de los cuales, si bien los germanos han pedido perdón, aquí nadie se arrepiente.

    Y hablando de Gernika, me parece estupendo que en la mesa haya vascos, catalanes, andaluces, gallegos, canarios, etc, es más, lo veo necesario al extremo para evitar estos agravios comparativos que nos ponen a unos en contra de otros en vez de hacernos ver, dentro de nuestras diferencias, aquello que une lo disperso y que es el fin último de toda sociedad avanzada.

    Me encanta poder escribir por fin un comentario en tu cuaderno de bitácora.

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    Respuestas
    1. Gracias por tus aportaciones Filogelos, que me parecen muy acertadas. Participar en la sociedad es fundamental para prevenir abusos.
      gracias por seguir el blog
      un saludo
      iñaki

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  2. Ostras es la tercera vez que tengo que escribirlo. Vale la Constitución hay que reformarla cuanto antes porque no representa la España de hoy
    Buen artículo y un saludo
    Miren

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