Entradas

Mostrando entradas de noviembre, 2018

Deuda y soberanía

Imagen
¿Cuál es la brutal realidad del mundo y de su endeudamiento global? La palabra más adecuada creo que sería escalofriante. Es por esa razón, porque la realidad es monstruosa, que cuando se habla de deuda, la técnica favorita de los medios, instituciones y organismos públicos, sea la técnica del calamar. Esconder la realidad tras la tinta de una jerga ininteligible para los ciudadanos que al final asqueados renuncian a entender el estado real de  las cosas. Esta realidad se obvia porque detrás de la deuda se esconde la tiranía de los acreedores y la falta de soberanía en las decisiones de los países deudores. Hay que decir con rotundidad, que el mundo hoy en día no es más que una burbuja gigantesca de deuda acumulada por los Estados, las empresas, las corporaciones financieras y las familias. Una deuda fabulosa que roza el 300% del PIB mundial, es decir, casi tres veces  toda la riqueza producida por el mundo en un año y que en algún caso extremo, como Japón, llega

Matar a un ruiseñor (Harper Lee)

Imagen
LECTORES DEL AMANECER MATAR A UN RUISEÑOR (HARPER LEE) Con la colaboración de Koro Lasa Novela situada en el profundo sur de los EEUU, a finales de los años treinta, cuando están saliendo de la recesión. La trama se centra en torno a una acusación falsa a un negro, el abogado blanco que, por principios, asume su defensa, y los hijos del abogado. Se trata de un profundo debate entre la ley y la justicia.   Lee forma parte de los escritores que salieron del sur pero que miran con cierta distancia a ese sur que les vio nacer.  La novela está escrita en los años 60, años de los movimientos pro derechos civiles y recrea situaciones radicales e insólitas, parecen de Halloween, pero tienen el valor poético de explicar la complejidad de ese mundo. La narradora es Scout, hija de Atticus, el abogado. Pasado un tiempo cuenta cuatro años de su infancia .Empieza a narrar cuando pasan esos cuatro años. Se mantiene ahí, no se mueve, y eso nos permite contemplar la gran diferencia e