Unilateralidad y Desobediencia

En estos días en los que he tenido tiempo para poder leer los periódicos con calma, ha habido una noticia que me ha parecido sorprendentemente fuera de contexto.  Por un momento he creído volver a los peores momentos de otros tiempos casi olvidados.
Para Sortu, estamos ante "La hora de la voluntad Popular" (Herri borondatearen garai), y en esta hora feliz del Pueblo Vasco (no sabemos definido en que términos) la desobediencia y la unilateralidad, son las claves para conseguir el Estado Vasco (imaginamos que transitoriamente pues en su documento fundacional Sortu aboga por un mundo sin estados). Todo ello en tres fases llamadas autoafirmación, autoorganización y autodeterminación.
Me he quedado atónito.
Primero, porque Sortu es un nuevo instrumento ideológico de la izquierda abertzale, nacido para la época posteta, y por tanto, creíamos que estaba llamado a contribuir a la modernización de la estrategia de la izquierda abertzale y de sus métodos de trabajo, dentro del escrupuloso cumplimiento de la legalidad democrática y lejos de aquellas lamentables algaradas callejeras que fomentó la izquierda abertzale, en los fatídicos tiempos de la socialización del sufrimiento.
Segundo, porque la eventual desaparición de ETA, y con ella de cualquier opción que justifique la utilización de medios antidemocráticos para conseguir los fines políticos, debería ser seguida por una etapa de trabajo en favor del dialogo y el consenso, el conocimiento mutuo, la generación de un nuevo clima de trabajo y confianza, y en general la consecución de un clima de distensión política que ayudase a mitigar las décadas de sufrimiento que la política radical ha traído a nuestro Pueblo. Un camino para la reconciliación.
Pues no. Frente al trabajo de búsqueda de consensos en el  entorno de las instituciones democráticas, Sortu  sostiene y aporta la desobediencia. Frente al trabajo común y la búsqueda de nuevos  puntos de distensión y  diálogo, Sortu sostiene y aporta  la unilateralidad.  
Sortu no es cualquier cosa. Como bien se dice en el documento constitutivo Sortzaile de hace dos años (el mismo en el que afirma no creer en los Estados), Sortu no es un partido político clásico, no es otra organización más, sino que es el nuevo insrumento global de la Izquierda Abertzale, encaminado a la consecución del proyecto integral para Euskal Herria. Este proyecto integral, consistiría en lograr una Euskal Herria unificada e independiente, socialista, euskaldun, feminista, ecologísta, e internacionalista. Todo ello en base a la aportación de militantes que trabajan en la clase obrera, en el campo del euskera, en el ecologismo, en el movimiento juvenil y en el feminismo. Ciertamente todos los fines políticos así expresados son legítimos, y legitimamente conseguibles a través de los instrumentos y modos democráticos.
¿Qué significa entonces proclamar, que la unilateralidad y la desobediencia son los medios para conseguirlos?. ¿Dónde queda la voluntad popular expresada en las urnas como representación del Pueblo Vasco? ¿Dónde quedan los instrumentos habituales de la democracia tales como el diálogo y el consenso a través de los organos políticos? ¿Y las evaluaciones de la opinión pública expresada por el Euskobarómetro y otros indicadores estadísticos sobre la fuerza real de la Izquierda Abertzale?
A falta de sarcasmos, todo esto lo dicen en un documento que lleva por título "La hora de la voluntad Popular", justo esa que no respetan.  ¿Alguien estaba ilusionado en la nueva etapa política?
Pues he aquí la nueva respuesta  de la Izquierda abertzale: Unilateralidad y Desobediencia.

                                                                                                         Donostia  Febrero 2015
                                                                                                                        IZ


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