Novodievichi mi lugar favorito en Moscú

Había en todos mis viajes a Moscú una visita obligada. Un lugar que por alguna razón, además de por su enorme belleza, me atraía con una fuerza irresistible. Estuvo cerrado a las visitas en la época soviética, salvo si se tenían familiares enterrados, y tuvimos la suerte de ser los primeros beneficiados de la Glasnost (transparencia) que impulsó el Premier Gorbachov, pues al amparo de la nueva política se abrió el conjunto monumental a las visitas de extranjeros en 1987. Entonces no estaba demasiado bien cuidado pero ello no le restaba un ápice de belleza.
Novodevichi un monasterio a orillas del río Moscova, es un conjunto monumental que contiene el monasterio con su magnífica iglesia ortodoxa y un cementerio, monumentos todos ellos bellos y solitarios. Novodevichi significa el Monasterio de las Nuevas Vírgenes y data del siglo XVII y se ha conservado practicamente intacto desde entonces. Situado en la zona sur, en un meandro del río, es un lugar que te subyuga nada más contemplarlo.

                                             Vista de Novodevichi desde el río Moscova

Solía ir a visitarlo por la mañana temprano,con Alberto, mi inseparable acompañante y niño de la guerra que me hacía la labor de traductor. En Moscú se madruga mucho. Me gustaba  deambular por el complejo, sentir el dramatismo que desprendía el entorno, y recorrer las tumbas del cementerio porque la Iglesia no estaba abierta a las visitas en aquella época. Había tumbas de todo tipo, desde los pequeños nichos de personas anónimas muertas en la guerra mundial, hasta enormes panteones rebosantes de esculturas. Allí están enterrados personajes interesantes de la historia rusa y soviética. Políticos, músicos, escritores, actores, y como he dicho, gentes anónimas de toda condición. 
Está enterrado Nikita Kruschev, el Premier que mantuvo aquél pulso con Kennedy que hizo contener el aliento al mundo, y que fue el Premier que permitió el regreso de los niños de la guerra que lo desearon a España. Stalin siempre se había negado. "Sólo devolveré los niños a la España republicana que me los entregó" había dicho en varias ocasiones Stalin. Pero la España republicana estaba sepultada bajo la opresión de un franquismo sólidamente instalado. Kruschev fue más práctico y muchos pudieron regresar. Muchos se quedaron y con Alberto realicé algunas emotivas visitas a varios koljost (granjas del sistema colectivista) dónde aún vivían los que decidieron quedarse en Rusia en 1962. En aquellos tiempos de penuria en la URSS, muchos añoraban no haber tomado la decisión de volver.
También está enterrada en ese cementerio la segunda mujer de Stalin, Nadiezhda Aliluyeva, mujer de la que estuvo locamente enamorado Joseph Vissariónovich Dzhugashvilli, más conocido como Stalin, y  cuyo suicidio afectó dramaticamente a la conducta ya de por sí desequilibrada del dictador. Muchos insignes hombres y mujeres de la historia rusa se hallan enterrados en este bello cementerio. Chejov, que reposa en su Jardín de los Cerezos, Molotov que fuera general del ejército rojo, famoso por su coctel explosivo y por su ignominioso pacto con Von Ribbentrop para repartirse Polonia con los nazis, y tantos otros. Rusia es mucho más que la época sovietica que apenas duró setenta años. Rusia es un gran imperio desde los tiempos de Pedro I y Catalina la Grande, aunque la capital en aquellos tiempos estuvo situada en otra fascinante ciudad, San Petersburgo, la Leningrado soviética.

                                                 Iglesia y cementerio de Novodevichi

Y después de la visita al monasterio estabamos listos para una comida en alguno de los excelentes restaurantes de Moscú. Nos gustaba especialmente, además del azerbayano Bakú de la Plaza Pushkin del que ya he hablado en otro articulo,  un georgiano precioso que estaba cerca del Mor Soviet y que estaba en una especie de bodega abovedada y recubierta de unos preciosos mosaicos. La comida georgiana y sobre todo los vinos georginos son excepcionales. Desgraciadamente he olvidado el nombre de este magnifico restaurante.

                                                                                                  Elgoibar  Enero de 2017
                                                                                                                  IZ

Comentarios

  1. No te importe no acordarte del nombre del restaurante...ya es meritorio el sabes escribir los nombres rusos...

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  2. No te importe no acordarte del nombre del restaurante...ya es meritorio el sabes escribir los nombres rusos...

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