Carta a los Reyes Magos 2017

Viejos amigos:

Son ya tantas ocasiones en las que os escribo para pediros algo que ya casi no me acuerdo de cuando empecé a hacerlo. Solía llevaros la carta en mano cuando os acercabais a la villa en la que nací y solía tener predilección por Baltasar, que además de rey, era negro como el tizón, lo que en mis ojos infantiles suponía una rareza digna de exploración. No era consciente, sin embargo, de que se trataba de una mera ilusión conseguida a base de corcho quemado y paciencia para tiznar la cara blanca como la nieve de aquel funcionario del ayuntamiento, que con gran cariño y resignación se sometía a la tortura de ser pintado, y aún peor, de ser despintado. A mis ojos crédulos, su cara de ébano procedía de misteriosas tierras africanas llenas de misterios, de fantasaís de aventuras. Qué siendo africano, viniese de Oriente, y acompañado de otro rey con aspecto visigodo, con la incongruencia geográfica y nobiliaria que aquellos datos suponían, no era mayor obstáculo para mis sueños. Al fin y al cabo también pedíamos para los chinitos de Africa con aquellas huchas del Domund, que representaban a un chinito amarillo con su sombrero inequivocamente asiático  o a aquel muchacho negro de pelo rizado e hirsuto, y todo aquello me parecía exactamente igual de coherente.
Han sido muchos años de peticiones inatendidas, de expectativas frustradas, de  sueños dificilmente conseguibles pronto desaparecidos entre realidades sangrantes y cotidianas. ¿Qué porque pedía cosas irrealizables? ¿Acaso no sois magos?


Este año no os voy a pedir nada. He atravesado esa frontera en la que una se ha convencido  de la inutilidad de hacerlo, de la inutilidad de creer que en el mundo pueda algún día reinar la inteligencia de los seres humanos, esa característica que se supone les hace diferentes del resto de los animales, sobre la sinrazón de los dogmatismos, de los fanatismos y de tantas intolerancias. Mucho menos que puedan llegar a reinar  la concordia y la armonía en este mundo dónde la diferencia se ha convertido en vehículo de exclusión en lugar de base para el enriquecimiento cultural colectivo. De  la justicia ni tan siquiera hablamos con esos océanos de desigualdad en la que apenas un diez por ciento de los habitantes del planeta poseen practicamente la totalidad de los que contiene. 
Los seres humanos sólo reaccionan ante la inminencia del abismo, ante la proximidad de la destrucción, ante el miedo a lo que se acerca por la calle en la que viven. Ya no son capaces de realizar ningún sacrificio del presente por los sueños del futuro. El mundo de la sensación y de la inmediatez de la satisfacción de los deseos se ha apoderado de ellos.
No voy a pediros que me traigáis ninguna de esas novedades tecnológicas que tan idiotizados nos tienen y que amenazan con dejar a nuestros hijos prisioneros de un mundo falso y virtual en el que los seres humanos no son mas que bites en un ordenador. Seres humanos recreados en los chips y a los que se puede matar, destruir o vejar una y otra vez y siempre un poquito más si se sube de nivel.  
No voy a pediros que me traigáis las últimas novedades de nada porque ya se que no son más que remakes de lo mismo, más sofisticadas, con más pintura y más marketing pero incapaces de saciar esa parte de nuestros anhelos que nunca se llena con cosas. Ese vacío existencial que jamás conseguirá llenar el consumo.
Se que habéis tenido que pasar el invierno en Benidorm incapaces de regresar a las tierras mesopotámicas de las que procedeis y que se hallan asoladas por un conflicto tremendo que enfrenta al mundo y que amenaza con convertirse en el conflicto mundial que ensombrezca el siglo XXI. Siendo, como soy un ser humanos más ligado al siglo XX que al XXI, conozco bien el horror que los seres humanos son capaces de generar y sobre los que os tengo que alertar. Un poco de cordura sería un gran regalos para el mundo. !!!Mecachis!! Ya se me escapo una petición.  Como he sido muy bueno este año igual me hacéis caso.

                                                                                                   Enero 2017
                                                                                                         IZ

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