Proara. Revive el proyecto nazi

Isla de Rügen. Mar Báltico. Alemania 1936.

El 2 de Mayo se coloca la primera piedra de un proyecto social gigantesco de la Alemania nazi. Una ciudad de vacaciones para los trabajadores alemanes proyectada por el mismísimo Adolf Hitler. Nada más y nada menos que 20.000 alojamientos para trabajadores en una larga línea de bloques a lo largo de las playas de la bonita isla báltica. El objetivo es acorde con los tiempos "educar para la guerra y el trabajo", aunque resulte curioso para una ciudad de vacaciones de los trabajadores, especialmente después del violento cierre de los movimientos sindicales a partir de 1933.
El complejo fue construido por DAF (Frente Alemán del Trabajo) que en su seno había creado el Kraft durch Freude (KdF Fuerza a través de la alegría). Esta desconocida pero importantísima organización, fue también la constructora en Wolfsburgo, de la compañía Wolkswagen (Coche del Pueblo) tan conocida por todos.

                                               Proyecto original de Adolf Hitler

Estas enormes construcciones han sobrevivido a la caida del IIIª Reich y a los setenta años siguientes y siguen en pie. La pólemica ha surguido en Alemania, como siempre que se trata de dar uso a reliquias del nazismo, cuando se ha intentado utilizar nuevamente estos edificios que las empresas inmobiliarias fueron comprando tras la reunificación. 
Un verdadero boom inmobiliario recorre Proara estos días en los que las  inmobiliarias ofrecen los apartamentos de la mole nazi a precios que oscilan entre los 350.000 € por un piso de 90 m2 y los 680.000 € de los áticos con terraza o los 900.000 € de los duplex desde los que pueden alcanzara ver los bellos acantilados de Rúgen en el otro extremos de la bahía de Prorer Wiek, e incluso los días de mucha visibilidad, las costas de Suecia. Los compradores parecen entusiasmados con sus apartamentos de primera linea de playa y porque además presentan grandes ventajas fiscales al tratarse de edificios protegidos. 
La polémica  está servida ya que estos asuntos recuerdan a la población el siempre espinoso asunto de la dominación nazi, pero en este caso además, porque también fueron utilizados por el ejército sovietico cuando estuvo estacionado en la antigua RDA (República Democrática Alemana) cuando esta parte de Alemania se hallaba situada tras el Telón de Acero.

                                                         Nuevo proyecto Proara

Muchas voces se han alzado ante lo que consideran un intento de banalizar el pasado y rescatar unas construcciones que deberían ser patrimonio de la Memoria Histórica de Alemania y no acabar siendo utilizados con fines lamentablemente similares a los que previó el regimen nazi en 1933. Incluso "han añadido balcones" a los edificios protegidos, denuncia la historiadora Katia Lucke es una firme defensora de preservar el patrimonio memorístico de Alemania, para usos educativos y formativos para las futuras generaciones germanas. Pero los actuales propietarios hacen oídos sordos a estas consideraciones y han visto una oportunidad de oro para rentabilizar sus inversiones, y a los balcones ilegales piensan añadir paseos, piscinas y toda una gama de comodidades que hagan el complejo atractivo a los compradores especialmente a los del área de Hamburgo. 

En todas partes cuecen habas y al parecer los constructores de uno y otro tiempo y lugar  gozan de una increible impunidad para llevar adelante sus negocios. ¿Les suena de algo?


                                                                                          Donostia Noviembre de 2016
                                                                                                          IZ

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