Los Juegos del hambre

No faltarán las cifras para el asombro en la inauguración de estos próximos Juegos Olímpicos de la era moderna en Río de Janeiro (Brasil). Récords de asistencia, de periodistas registrados, de inversiones en la villa olímpica, de especialidades a concurso, de asistencia de celebridades. No faltarán alusiones a la grandeza de los juegos, a la grandeza del deporte para unir a los pueblos del mundo, ni faltarán  bellos slogans explotados por las grandes firmas de ropa deportiva, de zapatillas y demás mercaderías y desde luego no faltarán cantos y alabanzas  a los valores del deportes.
Pero ¿Es realmente así? ¿Qué queda de los valores del deporte y del olimpismo en estos juegos de Río? 
Nada o casi nada, más allá de los intereses económicos y la vanagloria de las grandes y multimillonarias estrellas del deporte profesional.
Los juegos olímpicos eran unos juegos sagrados, pero eran sobre todo un momento en el que las naciones  contendientes  aceptaban una tregua en sus disputas políticas y militares, para honrar el deporte a través del honor en la disputa y la gloria de Nike (diosa de la victoria) y de los vencedores. Los juegos en la era clásica, murieron precisamente cuando se convirtieron en un espectáculo corrupto y en un  mero "Pan y Circo". En esa dirección camina el olimpismo con paso vigoroso.



No es aceptable en unos juegos olímpicos, que un país que practica el doping de Estado este presente y que los responsables del olimpismo, conociendo la situación, se laven cobardemente las manos permitiendo que los atletas no compitan en igualdad de condiciones. Lo que se está aceptando implícitamente es que hay un problema generalizado de dopaje en el deporte y que "como todos van dopados" pues no importa que se sancione a los que han sido "cazados", porque como lo que importa es que haya mucho espectáculo y una lluvia de retos y récords, pues ahí se las compongan los que no se dopan. Es tan infame lo que se está haciendo, que realmente produce nauseas ante tanta subordinación del Comité Olímpico Internacional a los intereses políticos y económicos de los Estados y de las multinacionales del negocio deportivo. ¿Dónde queda el honor?
En unos juegos olímpicos no pueden competir deportistas que proceden de deportes donde el doping esta legalizado de manera más o menos clara, como ocurre con los anabolizantes en la NBA de los Estados Unidos, con independencia de que den mucho o poco espectáculo. No pueden competir en los juegos olímpicos deportes bajo permanente sospecha como el ciclismo profesional, perseguidos como están por los largos tentáculos de la Operación Puerto, que puso al descubierto una trama de doping masivo en ese deporte. La lista de sancionados por dopaje en el ciclismo ocupa mas de cinco folios e incluye a casi todo el pelotón internacional.  



Nadie pensará a la mayor gloria del deporte en las otras cifras de récord que presenta Brasil, el país anfitrión que lleva meses en las portadas de los periódicos por la corrupción de los dirigentes políticos que han liderado un auténtico expolio de la empresa petrolífera  estatal Petrobras.
Cifras de record que reconocen que más de 44 millones de brasileños viven en la pobreza extrema sin acceso, no ya a los servicios básicos, sino tan siquiera a la alimentación básica.
Cifras record de prostitución en sus ciudades con una brutal incidencia en los casos de abuso sexual a menores que alcanzaron el pasado año la cifra de 44.000 casos y que se verán multiplicados por la celebración de los Juegos tal como ya ocurrió en las olimpiadas de Grecia dónde se multiplicaron un 67%.
Cifras de record de acaparación de riqueza del país (el 10% ostenta el 60% de la riqueza) de drogadicción, de violencia y de desigualdad en las que nadie parece estar interesado no vayan a deslucir el desfile de grandes y millonarias figuras del deporte profesional a su paso por las maravillosas instalaciones de la Villa Olímpica.

Que siga el show a la mayor gloria del mayor espectáculo deportivo del mundo.


                                                                                                   Donostia Agosto 2016
                                                                                                                 IZ


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