El deber (cumplido) de la Memoria

Toda esta aventura de la recuperación de la Memoria Histórica de la R:.L:. Altuna nº 15 que trabajó en San Sebastian entre 1932 y 1936 y fue predecesora de la actual Altuna nº 52, empezó con una fotografía de tonos sepias, vieja y casi borrada, que encontramos en nuestro primer viaje a Salamanca. No pudimos llevarnos el original y nos dieron un facsimil que era aún más sepia que el original y que reconstruimos trabajosamente.

Pocas veces pensamos en el significado profundo, íntimo, de las palabras. FOTOGRAFIA significa sencillamente ESCRIBIR CON LA LUZ. Gracias a nuestro trabajo fraternal aquél “Mensaje escrito con Luz” enterrado en un archivo tomó nuevamente vida, y aquél mensaje de nuestros hermanos desde el pasado, llegó hasta nosotros.

                                              Foto de miembros de Altuna y amigos en 1934


La Masonería fue la organización más salvajemente perseguida por el franquismo porque además de los fusilamientos indiscriminados en la guerra, de la represión, de la cárcel y el exilio sufrió el estigma social de la leyenda negra. Es por eso, que todo lo que hagamos para rehabilitar la memoria de nuestros hermanos tan salvajemente perseguidos, insultados y vejados siempre sabrá a poco.

La Memoria Histórica no puede ser en ningún caso un instrumento de venganza. Bien al contrario debe de ser una iniciativa carente de sectarismo y abierta a la reflexión sobre la maldad de la violencia y del odio. Un monumento a la Tolerancia, la Convivencia y la Racionalidad frente a los contravalores del fanatismo, el dogmatismo y la intolerancia.

La Memoria es un acto de fidelidad hacia los que nos precedieron en el tiempo ya que no es posible ser fiel a lo que no se recuerda. Fidelidad y recuerdo para quienes compartieron con nosotros los mismos valores de Libertad, Igualdad y Fraternidad. Haciendo presente el pasado, nos ponemos en el lugar de los que padecieron la persecución, el deshonor, la represión y el castigo y recuperamos la perspectiva histórica de unos hechos que no deben jamás volver a ocurrir.

Olvidar el pasado es sano, es una frase habitual de los desdeñosos de la Memoria Histórica. No lo dudamos, pero estamos seguros de que hacerlo por obligación no lo es. Los cadáveres desde las cunetas, y los olvidados desde los oscuros archivos, siempre llamaran a nuestras conciencias. Olvidemos, pero sólo aquello que una vez recordado, se convierte en principio de una nueva convivencia basada en el respeto mutuo y en el compromiso con la diversidad y la pluralidad del ser humano.

Este libro se centra en las personas que conformaban la Logia masónica Altuna nº 15 (1932-1936) y que fueron perseguidas por el régimen franquista con su policía y posteriormente por las actuaciones del famoso Tribunal de Represión de la Masonería y el Comunismo, que fue el encargado de extender la represión a decenas de miles de personas aplicando la Ley del mismo nombre del año 1940. (Ley de Represión de la Masonería y el Comunismo). 

Entre los miembros de la Logia represaliados por el Tribunal, se encontraban muchos ciudadanos ejemplares que simbolizaban los valores de la ciudadanía democrática frente a los contravalores del fascismo y que fueron condenados de manera indigna. Cabe citar a Mariano Doporto Director del Observatorio Metereológico de Igeldo, José Martinez Ubago Alcalde de San Sebastián en 1935, el abogado y dirigente de Izquierda Republicana Fermín Vega de Seoane, el famoso fotógrafo alemán Willy Koch a la sazón cónsul de Alemania en San Sebastián, el agente consular de Suiza Pablo Emilio Roulet , el juez de 1ª Instancia y del Tribunal Industrial Alfonso Rodriguez Dranguet, el pastor evangélico de la iglesia presbiteriana con sede en Miraconcha Elías Marqués, miembros de los miqueletes como Francisco Marco Chilet (posteriormente exitoso escenógrafo en el cine mexicano) o Ricardo Vera Salas, militar capitán de carabineros y sentenciado a muerte por el Tribunal.
A esta relación de personas más o menos relevates debemos de unir también la de otros ciudadanos no menos importantes, que lucharon por los ideales de un mundo mejor y mas justo, desde la diversidad y el respeto al diferente, desde todos los espectros políticos y sociales. Joaquín Linazasoro, abogado, Celso Vazquez Salamanquer, Ricardo Gabaraín, Eugenio Muñoz Mena, Martín Heredia, un miembro de la familia Massfeller a quien no hemos podido identificar completamente, Manuel Zapiain, Carlos Alonso, José Bellido. 
 
                                             Claudia nieta mexicana de Francisco Marco Chilet

Este trabajo ha estado cuajado de dificultades pero nos ha dado grandes alegrías. Claudia la nieta mexicana de uno de los miembros de Altuna nº 15 en 1936 estuvo con nosotros en la presentación. Llegó a nosotros cuando ya casi habíamos abandonado toda esperanza de recuperar su memoria. Un día recibimos un mensaje en nuestro correo. Claudia desde Mexico había reconocido a su abuleo en la foto colgada en nuestra página web. Luego encontramos a su familia española. Francisco Marco Chilet tuvo que dejar tras de si a su mujer y a sus cinco hijos en Madrid. Una tragedia de la guerra mitigada por nuestro trabajo fraternal. Lo mismo nos ocurrió con Haydeé Marqués nieta del fundador de Altuna que nos escribió desde Argentina donde reside al oír hablar en la red de nuestra investigación y finalmente uno de los momentos mas emotivos. Una periodista que cubría la noticia de la publicación del libro encontró a su abuelo en uno de los capítulos y rompió a llorar de emoción en un momento que sirve por si mismo para olvidar todos los pesares del trabajo arduo y callado de catorce años.
                                   Salud Fuerza y Union con nuestros hermanos en el recuerdo

                                                                                                  Donostia Junio 2016
                                                                                                              IZ

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