De pan ajeno rebanada grande

Es un dicho que repetía un gran amigo, refiriéndose a los continuos abusos de la clase política. Más allá de los flagrantes casos de corrupción política, hablamos  de una riada de privilegios y prebendas en forma de aprovechamiento de su posición en el entramado del Estado, que se producen cotidianamente a lo largo de toda nuestra geografía  y que se concretan en tratos de favor en todos los aspectos de la vida. Unas formas de acercarse a la vida cotidiana que nada tienen que ver con lo que deben de hacer la mayoría de los ciudadanos para lidiar con los problemas del día a día. No es sólo un problema de desequilibrio enorme entre los se cobra y lo que se hace, sino un montaje completo para acercarse a la vida desde la comodidad y la falta de responsabilidad, y que esconde tras de sí una arrogancia de clase política (de casta) que resulta especialmente detestable. Como si les debíeramos la vida o algo peor.

Nuestras señorias en Madrid tienen entre otros estos privilegios:

* Complemento de vivienda para estancias en Madrid 1.800 Euros mes, muchos de ellos cobrándolo con casa en Madrid.
* No pagan avión ni tren, y en el avión viajan en business class, teniendo además 300 euros para taxis o kilometraje en coche propio, a razón de 0,25 Euros kilómetro.
* Vicepresidentes, portavoces y diferentes cargos cuentan con otros 1.000 euros más al mes para gastos, que se convierten en 3.000 para el Presidente
* Si viajan en misión oficial al extranjero dieta adicional de 150 euros diarios
* Teléfono, Ipad, conexión Adsl gratuitosy reposición de los elementos por pérdida o deterioro sin coste alguno

Pero además es que trabajan de martes a jueves y salen escopetados para sus casas, tienen vacaciones al estilo de los colegios, pueden compatibilizar si trabajo con otro privado y no tienen absolutamente ningún control de absentismo. 


                                                Caricatura de Mikel Casal

Pero terminaré comentando algo que poca gente conoce y que fue un enorme abuso. Felipe González echó a los empresarios del Regimen General de la Seguridad Social con una Ley que se llamó de Altos Cargos y que impedía a quienes teníamos poderes en las empresas y participaciones superiores al 30% seguir en el sistema de protección general. Mi gran delito fué tener siete trabajadores y un pequeño negocio auxiliar de máquina herramienta.  Se nos echó de la SS general y se nos robó descaradamente un porcentaje importante de nuestras pensiones y se nos condenó  a la falta de cobertura de desempleo y a la pérdida de lo cotizado por diferentes contigencias. Un auténtico latrocinio perpetrado desde la arrogancia de quién hoy se sienta en el Consejo de Administración de una gran empresa de energía, percibiendo sumas enormes de dinero y que entonces castigaba a los empresarios desde su púlpito socialista.
Pero al final, además de la indignidad de estos actos de castigo a los empresarios, llegó el sainete del Parlamento, en el que los mismos que nos habían quitado nuestras pensiones, se aprobaron para si mismos recibir el 100% de la base máxima al llegar a la jubilación por el simple hecho de haber servido en las Cortes dos legislaturas. El 100% de la pensión máxima por 8 años frente a los 36-37 años necesarios para el resto de los cotizantes del sistema de Seguridad Social. !!Abusones y aprovechados!!

Y todavía no he oído a ninguno hablar de reformar estos privilegios. 

                                                                                                   Donostia Junio 2016
                                                                                                             IZ

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