Rimbaud un genio en el infierno

 

Un rebelde. Un indomable. Un loco. Un genio.
Yo es otro. Está frase cautivó a un Dylan joven que descubrió a Rimbaud y quedó enganchado para siempre por su alocada lucidez. (Bob Dylan´s dream)
Eso fue básicamente Rimbaud, un loco lúcido, aventurero y  poeta extraordinario, que como señala el destino de todo genio que se precie, murió joven con tan sólo 37 años. Ya había escrito toda su poesía a la edad de diecinueve años. 
No por rebelde dejó de cultivar un conocimiento exhaustivo de los clásicos, cuya poseía conocía en profundidad, llegando a ser premio extraordinario en las composiciones latinas.  No se puede innovar sin conocer primero solía afirmar.
Perseguía la belleza que para él  se encarnaba en la búsqueda de lo desconocido de la vida, que sólo el vidente o el poeta son capaces de acariciar. Una poesía siempre dinámica  en busca de lo otro, hace de las composiciones  de Rimbaud una poesía de eterna juventud.  
Su carácter inquieto le lleva a la guerra, primero contra Prusia y después en plena revolución liberal previa a la instauración de la IIIª República en Francia, en la Comuna de París dónde acaba como fusilero de élite del batallón Vengadores de Flourens que reclutaba a muchachos de quince  a diecisiete años. Siguen la cárcel y la miseria.

                                                 Jean Nicolás Arthur Rimbaud (1854-1891)

Fue amigo de Verlaine, otro loco rebelde de su tiempo, con el que vivió en París en la casa que Verlaine compartía con su joven esposa y que acabó convertida en el infierno. Un infierno que en general era consustancial a  la vida de Rimbaud. Con Verlaine hubiesen podido protagonizar una buena road movie que no hubiese desmerecido de la de Kerouac y su banda beat. Verlaine huyó a Londres con Rimbaud abandonando a su mujer y a su hijo y protagonizó una relación atormentada con él entre las brumas del hasshiss y del opio, y el desenfreno del abuso del alcohol, especialmente la absenta que consumía como sus adorado Baudelaire a quién consideraba el "genio de los poetas" . Es en esta época atormentada de su vida que escribe "Una temporada en el infierno" obra hoy reconocida pero que en su momento hubo de ser autoeditada por el poeta y apenas alcanzó una tirada de cien ejemplares.
Desde 1875 ya no escribe. Se enrola en el ejército holandés y llega a conocer Sumatra y Batavia. Luego recorre a pie los Vosgos en Francia y se adentra en Suiza por el paso de San Gotardo cruzando los Alpes como un nuevo Anibal. Viaja a Alejandría donde trabaja en una cantera pero su inquietud le lleva a Etiopía donde se adentra en los turbios negocios del tráfico de marfil mientras vende armas a los reyezuelos de Somalia. En Adis Abeba  regenta una compañía comercial pero acaba en la quiebra enfermo y derrotado. Se resiste a abandonar África pero un cáncer de rodilla le obliga a regresar a Europa, a Marsella dónde le amputan la pierna para tratar de salvarle la vida aunque la intervención resulta tardía y le provoca la muerte.
Nació en Octubre y murió en Noviembre y es por eso que en estas fechas cabe recordar la memoria del primer enfant terrible de la época moderna, un poeta genial que ha sido inspiración de todos los movimientos contraculturales modernos (esa cultura de las cosas muertas llamaba a la cultura al uso)  y su figura ha flotado siempre en las generaciones rebeldes de todo el siglo XX desde los beat a los punk.
Su cuerpo descansa en el cementerio de Charleville-Mézières, su ciudad natal.

                                                                                               Donostia Noviembre 2022
                                                                                         

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