El volumen del miedo

 

El miedo ha sido siempre una enorme herramienta en manos del poder político y financiero. No hay nada más fácil para conseguir algo de alguien, que asustarle, bien poniendo en riesgo su vida, la de su familia o la de los seres queridos, o amenazando su patrimonio y estabilidad económica.  Esta receta es la más manejada en los últimos tiempos de cara a realizar reformas profundas del Estado de Bienestar.
Gracias al miedo hemos tenido que tragar, las hipotecas basura americanas, la burbuja inmobiliaria, la guerra del Golfo, la de Iraq, la de Afhganistan. Miedo a los talibanes, a los de ISIS, a que nos echen a la calle del trabajo, a que nos quedemos sin casa, a que nos quiten lo que tenemos ahorrado.Ahora el miedo ha tomado el camino de la guerra de Ucrania, esa guerra incomprensible que lo mismo sirve para subir el gas y el petróleo que para poner el tomate y el aceite de girasol por las nubes. Todo es poco para justificar el festín que se están dando los especuladores de materias primas y alimentos en todas las latitudes y longitudes y los grandes capos del pelotazo.
En el mercado del miedo, la Globalización ha jugado un papel fundamental. Aquél maravilloso modelo de globalización en el que los pobres chinos y otros pueblos del mundo iban a ser hechos partícipes de nuestros grandes ideales de occidente, se ha tornado en pesadilla y de la europeización de Asia hemos pasado a la chinificación de Europa. En China sigue bien asentada la dictadura de un partido comunista único, como garantía de progreso para masas de enfervorizados chinos, comprando compulsivamente el dia de los solteros mientras esperan ansiosos otras de las grandes tradiciones de este nuevo mundo como el  Black Friday, una orgía de compras baratas como preludio de las otras orgías navideñas.

                                                                    El Roto siempre genial
 
La operativa de la creación del miedo es sencilla. Primero hacemos prevalecer por encima de todo nuestros intereses economicos. Cuando digo nuestros me refiero a los intereses globales de las grandes acumuilaciones financieras  de occidente. Todo ello por supuesto bien disfrazado de mass media, intoxicación informativa y futbol. Luego se recoge la cosecha. Quiero decir la recogen los que nos embarcaron en las aventuras que solo a ellos han beneficiado (privatización de los beneficios). Llegamos a la tercera fase. Pagar las consecuencias en sus dos vertientes (socialización de los costes, sufrimientos y pérdidas) y manipulación del volumen del miedo para que nadie vaya a fastidiar el montaje en un arranque de coraje ciudadano.
Y nosotros tan felices comprando y dejando que nos televisen caga día los nuevos records de la luz con un descaro que ya no sabemos donde meter la cara de nindunguis que se nos ha quedado.
Disfrutad
 
                                                                                                 Donostia Abril  2022
                                                                                                              I Z
           

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