La banalización de los valores

Llevo ya un largo tiempo observando los discursos de muchos políticos de diferentes partidos y analizándolos desde el punto de vista de los valores que dicen defender y especialmente en la forma en que dicen defenderlos. 
Valores de servicio público, trabajo, honestidad, diligencia, rectitud y otros que aparecen de manera recurrente en el imaginario de los partidos políticos.
Posteriormente he contrastado si esos discursos se sostienen a la luz de la práctica diaria.
El primer hecho destacable es que los valores acaparan los discursos de manera tan reiterativa  que incluso  el término "valores" han quedado tan banalizado que ya a nadie interesa. En la estrategia de la devaluación de los conceptos inundarlo todo con confusión es la primera regla que cumplen a rajatabla.
La realidad es abrumadora y en ella hay que señalar que  la conveniencia es la regla de oro del funcionamiento de la práctica política y que los valores nada significan, salvo en el caso de que actuar de acuerdo con ellos, no cueste nada. El pragmatismo de la acción política se impone sobre la realidad sin ninguna concesión, ni a la convicción moral, ni a la coherencia, ni tan siquiera a la vergüenza. Los valores quedan eclipsados de manera fulminante cuando resultan inconvenientes para la práctica diaria. Un día a día sumido en el pasteleo, eso sí, camuflado siempre detrás de grandes palabras como responsabilidad y bien común.


Hay un importane grupo de políticos en ejercicio que proclaman a los cuatro vientos su vocación de servicio a la sociedad pero lamentablemente no pueden señalar en su curriculo ni un sólo trabajo al margen de la política. Su vocación de servicio a la sociedad no pasa por una fase de formación sumergidos en la sociedad a la que aspiran a servir, ni pasa por el conocimiento previo de las materias sobre las que van a trabajar y mucho menos pasan por  la experimentación en carne propia de las dificultades de toda carrera profesional o empresarial. Cómo si hubiesen sido insuflados por un viento divino parecen conocerlo todo sin haber experimentado nada más que la vida del aparato del partido, el calor de los mítines amigos y la eleccion a dedo dentro de los partidos. 

Desde sus cómodos sueldos políticos pontifican sobre esto y sobre lo otro pero no pueden aportar ni un solo gramo de experiencia a su discurso. Hablan de emprendizaje y de sus bondades pero jamás se interesaron por el emprendizaje propio y mucho menos experimentaron la angustia de un fin de mes con obligaciones de pago y sin recursos para hacerlo, la dificultad de salir adelante en un mercado competitivo y globalizado, la impotencia ante el abuso continuo de una  Banca sobreprotegida a la que miman en virtud de los grandes beneficios que han obtenido de ella en forma de sillones de Consejos o de aporataciones a sus cuentas en las  Entidades de Previsión Voluntaria en las que han recibido cantidades escandalosas y en muchos casos millonarias. 

Pontifican sobre las bondades de la pequeña empresa   mientras protegen e impulsan sumisamete a las grandes que podrán llegado el caso aplicar un conveniente "quid pro quo" que les garantice un cómodo y bien remunerado sillón y en general mantienen una relación clientelar con los lobbies que les permiten mantenerse en el poder.

A nivel de valores la próxima Semana Santa resultará nuevamente escandalosa.  Si algo representa Jesús de Nazaret es el amor entre personas que no se conocen, el humanismo presidiendo todas las acciones, la conmiseración por los semejantes. Nada que ver con esa religiosidad de pompa y exhibicionismo de la clase política, de sensiblería de garrafón, de idolatría pública de imágenes que simbolizan justo lo contrario de su práctica diaria.

Y así nos va

                                                                                                        Donostia Marzo de  2020
                                                                                                                    IZ

Comentarios

Entradas populares de este blog

LA IMPORTANCIA DE LLAMARSE EXPERTO

Masonería e Inteligencia emocional

Becada en salsa