Un grito en el silencio

La construcción de la Paz y Convivencia están atravesando otro duro y ctrítico momento tras un  nuevo año sin avances de ningún tipo, ni atisbos de que la situación pueda ser reconducida en un futuro cercano. Un grito silencioso se intuye en la sociedad vasca, la necesidad de ir poniendo fin a la pesadilla de los últimos cuarenta años, la necesidad de terminar con un pasado enfermo de nuestra sociedad, la necesidad de construir un futuro colectivo, alejado del sectarismo que la violencia instauró en nuestra sociedad.
Llegó Octubre y el aniversario del fin de la violencia y llegó vacío, sin nada que decir, sin aportaciones,sin ningún avance. Baldío. En el balance del año pasado deciamos cosas que podríamos repetir exactamente igual este año. Es el signo claro de que el tiempo se ha detenido en este proceso y de que nadie parece estar dispuesto a ceder un sólo milímetro en sus actitudes. Haré una excepción con Arantza Quiroga que valientemente quiso dar un paso al frente para ayudar a poner en marcha el proceso. Fue una ilusión que no duró ni veinticuatro horas y que deja bien a las  claras las posiciones de unos y de otros.

                                              El Grito escultura de José Miguel Utande

ETA sigue sin disolverse y mantiene su amenaza latente y su reivindicación de la justicia de su actuación en términos de simetría entre la violencia que practicaron y la que recibieron de la guerra sucia del estado.Un intento de construir un relato falso de lo acontecido en Euskadi en las últimas décadas. Un empecinamiento en construir una relato ficticio que justifique la violencia indiscriminada contra la sociedad vasca. La izquierda abertzale debe reflexionar seriamente sobre su futuro y sobre su pasado. Si su fin de la violencia era expresión de una fórmula  Paz x Presos, el fracaso es rotundo. Los presos siguen en la misma situación e incluso se revisan condenas para ampliarlas. Si la fórmula era Paz x Legalización política entonces algo han ganado. Tienen legalidad política e incluso han tenido la oportunidad de gobernar, pero la disidencia interna que añora los viejos tiempos de las bombas por un lado y la desastrosa gestión de Bildu al frente de la Diputación Foral y de los Ayuntamientos han sumido a la IA en una crisis profunda y de incalculables consecuencias todavía. Si la fórmula incluía un corolario referente al Relato de la violencia, quizás las cosas les vayan mejor, más que por méritos propios por la pasividad gubernamental en articular políticas de universalización de los relatos personales de la violencia.
Los verificadores están al borde de la renuncia en un proceso que solo les ha producido descrédito y que parece condenado al estancamiento. Los arsenales de ETA están todos perfectamente localizados y monitorizados y cualquiera que se acerque por allí dará con sus huesos en la cárcel. No es posible realizar un sellado de estos arsenales por parte de los verificadores sin caer en la pantomima.
El Gobierno avanza por su sendero con la creación del Instituto de la Memoria que inauguró el 10 de Noviembre, con Aintzane Ezenarro como directora y un consenso político importante. La  iniciativa llamada Plaza de la Memoria, aparece como estandarte en la creación de una base de testimonios de la violencia que contribuyan a generación de un relato ecuánime de los acontecido. Es una iniciativa que alabo aunque tenga mis reticencias hacia la forma y los medios que se ponen a disposición de los ciudadanos para aportar sus testimonios. No se si esta iniciativa servirá para la universalización de los testimonios que conforman nuestro relato, pero el Instituto de la Memoria se embarcará pronto en un recorrido a lo largo y ancho de Euskadi, visitando Ayuntamientos y extendiendo la iniciativa. Pronto veremos si responde a las expectativas creadas.
Los resultados electorales del pasado 20 de Diciembre son una clara expresión del hartazgo de la sociedad frente a los viejos modos de hacer política. Participación, transparencia, pluralidad y cambio de modos de gobernanza se imponen en la sociedad. El triunfo de Podemos en Euskadi a nivel de votos, encierra una enorme carga simbólica respecto a lo que está ocurriendo en Euskadi.y la izquierda abertzale debería tomar buena cuenta de ello y modificar sustancialmente sus actitudes hacia la sociedad, donde sus discursos rancios, sus modos autoritarios y su inmovvilismo no parecen tener sitio por más tiempo.

                                                                                                            Donostia Diciembre 2015
                                                                                                                          IZ



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