Populismos
No hay, hoy en día, una palabra más prostituida que esta. Todos arremeten contra el contrario al grito enardecido de "populista". No, no es sólo a nivel de confrontación entre partidos políticos, también en las confrontaciones cotidianas entre ciudadanos de a pie. Nada viste más un reproche para descalificar al contrincante, que el adjetivo más destructivo y maldito del momento. Populista. Ya no hace falta leer en profundidad o discernir los matices de las ideas y proposiciones de los demás, porque pueden ser destruidas sin más, invocando la palabra mágica. Un acusación inmediata de populismo cercena cualquier atisbo de dialogo e intercambio de matices para adentrarse en el camino de la bronca. Una peste que se ha extendido al amparo especialmente de la falta de argumentos y de la capacidad de discernimiento de tantas mentes que pueblan el universo Internet y Redes Sociales. El populismo no es nada nuevo, de hecho es tan viejo como el mundo, y los...