El triunfo de los mediocres
Artículo íntegro publicado por Antonio Fraguas (Forges) y que comparto completamente.
“Quienes me conocen saben de mis
credos e idearios. Por encima de éstos, creo que ha llegado la hora
de ser sincero. Es, de todo punto, necesario hacer un profundo y
sincero ejercicio de autocrítica, tomando, sin que sirva de
precedente, la seriedad por bandera.
Asumir que nuestros problemas no se
terminarán cambiando a un partido por otro, con otra batería de
medidas urgentes, con una huelga general, o echándonos a la calle
para protestar los unos contra los otros.
Quizá ha llegado la hora de
aceptar que nuestra crisis es más que económica, va más allá de
estos o aquellos políticos, de la codicia de los banqueros o la
prima de riesgo.
Reconocer que el principal problema
de España no es Grecia, el euro o la señora Merkel.
Admitir, para tratar de corregirlo,
que nos hemos convertido en un país mediocre.
Ningún país alcanza semejante
condición de la noche a la mañana. Tampoco en tres o cuatro años.
Es el resultado de una cadena que comienza en la escuela y termina en
la clase dirigente.
Hemos creado una cultura en la que
los mediocres son los alumnos más populares en el colegio, los
primeros en ser ascendidos en la oficina, los que más se hacen
escuchar en los medios de comunicación y a los únicos que votamos
en las elecciones, sin importar lo que hagan, alguien cuya carrera
política o profesional desconocemos por completo, si es que la hay.
Tan solo porque son de los nuestros.
Estamos tan acostumbrados a nuestra mediocridad que hemos
terminado por aceptarla como el estado natural de las cosas. Sus
excepciones, casi siempre, reducidas al deporte, nos sirven para
negar la evidencia.
– Mediocre es un país donde sus habitantes pasan una media
de 134 minutos al día frente a un televisor que muestra
principalmente basura.
– Mediocre es un país que en
toda la democracia no ha dado un solo presidente que hablara inglés
o tuviera unos mínimos conocimientos sobre política internacional.
– Mediocre es el único país del
mundo que, en su sectarismo rancio, ha conseguido dividir, incluso, a
las asociaciones de víctimas del terrorismo.
– Mediocre es un país que ha
reformado su sistema educativo tres veces en tres décadas hasta
situar a sus estudiantes a la cola del mundo desarrollado.
– Mediocre es un país que tiene
dos universidades entre las 10 más antiguas de Europa, pero, sin
embargo, no tiene una sola universidad entre las 150 mejores del
mundo y fuerza a sus mejores investigadores a exiliarse para
sobrevivir.
– Mediocre es un país con una
cuarta parte de su población en paro, que sin embargo, encuentra más
motivos para indignarse cuando los guiñoles de un país vecino
bromean sobre sus deportistas.
– Mediocre es un país donde la
brillantez del otro provoca recelo, la creatividad es marginada
–cuando no robada impunemente- y la independencia sancionada.
– Mediocre es un país en cuyas
instituciones públicas se encuentran dirigentes políticos que, en
un 48 % de los casos, jamás ejercieron sus respectivas profesiones,
pero que encontraron en la Política el más relevante modo de vida.
– Es Mediocre un país que ha
hecho de la mediocridad la gran aspiración nacional, perseguida sin
complejos por esos miles de jóvenes que buscan ocupar la próxima
plaza en el concurso Gran Hermano, por políticos que insultan sin
aportar una idea, por jefes que se rodean de mediocres para disimular
su propia mediocridad y por estudiantes que ridiculizan al compañero
que se esfuerza.
– Mediocre es un país que ha
permitido, fomentado y celebrado el triunfo de los mediocres,
arrinconando la excelencia hasta dejarle dos opciones: marcharse o
dejarse engullir por la imparable marea gris de la mediocridad.
– Es Mediocre un país, a qué
negarlo, que, para lucir sin complejos su enseña nacional, necesita
la motivación de algún éxito deportivo.
ANTONIO FRAGUAS DE PABLOS
(FORGES)
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