México !Viva Zapata!

¿Qué le pasa a este México que no levanta cabeza desde hace décadas y que bien al contrario se sumerge cada día más en un océano de pobreza, desgobierno, narcotráfico y corrupción, problemas tan generalizados que ya aparecen como irresoluble?
¿Qué diría el "Caudillo del Sur" Emiliano Zapata, héroe de las luchas  agrarias y de las reivindicaciones democráticas y de justicia social del México de principios del siglo XX?
Los Estados Unidos, en un ejercicio de cinismo mayúsculo, claman contra las consecuencias de todo este desaguisado social en México, como si fueran pobres víctimas de la situación. Los candidatos a la presidencia rivalizan en medidas de uno u otro tipo para detener las consecuencias pero...............sabed ciudadanos que se trata de un gigantesco paripé entre representantes de dos tendencias políticas que representan prácticamente lo mismo. Dinero para los ricos y miseria para los pobres, de la mano de una explotación laboral abominable que sólo sirve para el enriquecimiento salvaje de las corporaciones protegidas por un vasto cortafuegos de desregulaciones y facilidades para explotar a los trabajadores. 
Hablemos del muro y de las  deportaciones.
El muro de 3.200 kilómetros de longitud del que habla Trump, no causa mayor inquietud porque  ya está construido en una gran parte, y !Oh paradoja!, fue construido por el marido de la actual candidata demócrata a la presidencia de los Estados Unidos de América, sí por el maridísimo, por Bill Clinton, en otros tiempos no tan lejanos íntimo amigo de Donald Trump que fue un gran donante de fondos para las campañas del de Arkansas.  

                                                    Donald Trump y Bill Clinton

 El muro se construyó en la segunda mitad de la década de los noventa (Clinton llegó a la Presidencia en 1996) por acuerdo de la administración Clinton y el gobierno de Carlos Salinas de Gortari cuando se firmó el famoso NAFTA. La propaganda oficial del Tratado de Libre Comercio vendía con descaro que el acuerdo era un oasis de oportunidades para equilibrar las rentas del norte y del sur. Un cúmulo de mentiras y vaguedades que estaba destinado a un sólo fin, que no era otro que dotar de mano de obra semiesclava a las grandes acumulaciones de capital neoliberal. Los salario de México son los mas bajos del mundo industrializado con tasas de 11 dólares/hora netamente inferiores incluso a los de China.
Pero el muro no ha sido el principal causante de toda esta sin razón sino precisamente el NAFTA (North America Free Trade Agreement), el tratado de libre comercio entre México, USA y Canada  que eliminó las barrreas arancelarias y que ha supuesto un auténtico desastre para México al que causó la ruina de la economía rural  (a base de exportaciones masivas de grano y carne subvencionadas desde Washington) el desempleo masivo en las áreas rurales que es la  razón  principal de la ola de inmigración ilegal hacia los Estados Unidos. La cruel paradoja del NAFTA ha sido que las empresas americanas del sector agroalimentario han reducido sus costes de manera espectacular con la contratación de mano de obra barata e ilegal de mexicanos  de Guerrero y Oaxaca, que después vendían en México a precios imbatibles destruyendo el sector agoalimetario mexicano. Así destruyeron los americanos la potente industria del porcino en el estado mexicano de Querétaro. ¿Os suena esto de un fantástico tratado de Libre Comercio entre América y Europa?
Todo el mundo sabe que los muros no funcionan y que no serán capaces de detener la ola migratoria hacia la prosperidad del norte, que aunque es una prosperidad esclava es una enorme mejora frente a la situación de violencia y pobreza al sur del Río Bravo. ¿Por qué se construyó y se construirá lo que falta si no sirve para su fin? Es sencillísimo porque es un negocio portentoso para las megacorporaciones de la seguridad que están facturando millones en base a su mantenimiento, vigilancia y monitorización con drones y otros artefactos del arsenal de la ciberseguridad. Veinte mil millones (20.000 millones) de dólares gastados anualmente en la seguridad confiada a empresas privadas a todos los niveles, incluso las cárceles provisionales que alojan a los deportados a razón de 120 dólares la noche (US Corrections Corporation).



¿Y qué decir de las deportaciones? ¿Creen que Trump es un desalmado que va a iniciar una nueva política de deportaciones en contra de la política humanitaria de los demócratas? Pues sepan que la política de deportaciones de Trump no se aparta demasiado de la de Obama. Sí, el bueno de Barack ha expulsado a unos cuantos de los 7 millones de indocumentados mexicanos (se cálcula en 12 millones la población mexicana total en los USA) que alimentan la riqueza norteamericana.  Concretamente unos 400.000 cada año, lo que supone en sus ocho años de mandato mas de tres millones de deportaciones, aunque la mayoría de los deportados no dudaron en regresar ilegalmente a los USA, alimentando sin solución de continuidad las mafias mexicanas y las corporaciones americanas de seguridad fronteriza.  Y si no se expulsa a más es sólo porque sus bajos salarios son tal chollo para los contratadores americanos, que expulsar a más sería un disparate para los buenos negocios.
No crean, por tanto, que la política migratora de Trump será espectacularmente diferente de la de Obama aunque, eso sí, será expresada de manera mucho más abrupta y se extenderá a musulmanes y otro tipo de minorías de los Estados Unidos que, digámoslo claro, no tienen la trascendencia económica de los mexicanos. 

                                                                                                        Donostia Setiembre 2016
                                                                                                                      IZ

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