Innovacion y empresas tractoras
La innovación no puede atacarse como si de un
mercado persa se tratase. Un mero ¿quién dá más?, sin analizar la
situación del sistema de innovación. El problema de la innovación
vasca de nuestros días, no es un problema de cantidad de dinero sino
de calidad de lo que se esta haciendo. Hay que acometer reformas
profundas.
Nuestro gasto es
homologable con los estándares europeos, aunque la atribución de la
masa salarial de la universidad sea en nuestro caso muy discutible
por la enorme desconexión de la universidad con la empresa, pero
nuestros estándares de generación de patentes, de modelos de
utilidad o de productos que generen valor y oportunidades a nuestras
empresas es muy pequeño y de escaso valor económico y está muy
alejado de los modelos europeos, por no hablar del océano que nos
separa de americanos o israelíes. ¿Cómo puede ocurrirnos que el
65% de las empresas de una comarca carezca de producto propio, qué
estén fuera de la cadena de valor y rehenes de la subcontratación
como denuncian las Agencias de Desarrollo? ¿Dónde está nuestro
sistema de innovación para atacar este problema? Pues en grandes
proyectos que dan mucha financiación pero que no sirven para atacar
las necesidades reales de la micropyme vasca. Regiones similares a
la nuestra en gasto de innovación patentan hasta seis veces más que
nuestro sistema.
Tenemos un modelo de
innovación muy bien dotado de infraestructuras y muy enseñable a
quienes nos visitan, que vuelven siempre admirados a sus lugares de
origen, pero eso no puede hacer que nos miremos autocomplacidos sobre
este escaparate, sin mirar a los profundos problemas que plantea el
modelo en su interior y que es necesario reformar urgentemente. En
este sentido se ha producido incluso cierto despilfarro y baste
recordar que los CIC (Centros de Investigacion Cooperativa) iban a
ser espacios virtuales de colaboración investigatodra y no enorme
inmuebles llenos de estructura y con escasos horizontes
investigadores.
La micropyme naufraga en
un mar de iniciativas y convocatorias de automatización y
digitalización, lanzadas desde la maquinaria del gobierno,
diputaciones y ayuntamientos con bases concursales complicadas y que
son en muchos casos indescifrables, incomprensibles y habitualmente
inabordables por los escasos plazos de presentación. Aquí empieza
la sumisión de las empresas al sistema de innovación porque hay que
recurrir a ellos para todo y así empieza el círculo vicioso que nos
tiene cautivos de la ineficacia a la hora de llegar a las pequeñas
empresas.
El Gobierno ha perdido,
si alguna vez la tuvo, toda capacidad de evaluación y control del
sistema de innovación y es rehén del mismo. El Gobierno,
paradójicamente, pide al propio sistema que se evalúe y le encarga
informes sobre su cumplimiento de programas y objetivos. Es como
preguntar al lobo sobre el estado del rebaño. No soy tan ingenuo
como para pensar que un sistema de evaluación independiente y
prestigioso, como la Oficina del Jefe Científico en Israel, pueda
ser organizado en Euskadi pero es urgente poner orden y control en
este sistema desbocado. No es de recibo que los logros del sistema de
innovación generados con dinero público en su integridad queden
cautivos de los agentes del sistema de innovación. Esta es una de
las consecuencias de la falta de evaluación y control del gobierno y
es una de las razones de la falta de patentes ya que se transfiere el
conocimiento adquirido con dinero público a manos privadas.
Tenemos un extraordinario
sistema educativo de Formación Profesional, un sistema con sus
propias dinámicas de emprendizaje y de internacionalización y sobre
todo que trabaja sobre el terreno en nuestras comarcas. Es un sistema
poco conocido por las empresas pero que en Garen nos gusta mucho y
que desearíamos que el Gobierno Vasco impulsase en su conexión con
la pyme y la micropyme, modelo de empresa del que están mucho más
cerca que el sistema de innovación de los Centros Tecnológicos.
Para ello se debe de hacer una apuesta decidida para acercarlo a las
empresas. Desde luego Garen hará todo lo posible para que así sea.
La Industria 4.0 que
parece ser la panacea a todos nuestros males. El ochenta por ciento
de las empresas pequeñas y microempresas no saben lo que es. Es una
iniciativa para las grandes empresas y para el escaparate mediático
pero es ineficaz para los pequeños industriales y empresarios. ¿Es
que todo tiene que ser 4.0? También hay vida para nuestras empresas
más allá y no se pueden desatender estas necesidades, por muy
importante que sea esta mal explicada cuarta revolución industrial.
Muchas veces se nos llena la boca de digitaliación para nuestras
empresas pero un gran número de nuestras infraestructuras físicas
de polígonos industriales y parques empresariales no puede absorber
los mares de datos que esta iniciativa va a producir.
Desgraciadamente parece que esto no importa porque desde algunas
instituciones estamos en una estrategia en la que aparentar parece
serlo todo, sin tener en cuenta el impacto real en las pymes y
micropymes.
Las empresas grandes del
territorio, las famosas tractoras cada día dan más sustos. Se
deslocalizan, cambian de accionistas o deben de cumplir las
exigencias de los países clientes para generar valor y empleo allí
dónde se va a producir la inversión. Es perfectamente comprensible
que chilenos, australianos o quienes sean así lo hagan. Es por esto
y porque las pymes y micropymes vascas así lo necesitan, que el
modelo de empresas tractoras debe ser complementado con una política
específica para nuestras pequeñas empresas. El tamaño medio de
nuestras empresas no llega a cinco trabajadores. Es necesario que el
gobierno abandone esa especie de reproche permanente a nuestro tamaño
y acometa políticas específicas para las empresas pequeñas,
basadas en sus ventajas competitivas y no en el recuerdo permanente
de los inconvenientes. ¿Es que creen que somos pequeños porque
queremos? Somos lo que somos y con ello hay que trabajar. Esta
empresa pequeña no es tan glamurosa ni mediatica pero es la que
genera el 50% de la riqueza de Euskadi.
Euskadi tiene como base
sus pequeñas empresas. Creemos extraordinariamente importante poner
en marcha una Fundación de la Pyme y de la Micropyme Vasca
que estudie y defina minuciosamente la composición de nuestro
entramado empresarial y que además de desarrollar un Estatuto
de la Pyme, sirva para desarrollar propuestas específicas
adecuadas a las necesidades y que permitan superar las crecientes
desconexiones entre las políticas territoriales y departamentales y
que sirva además para estructurar un marco claro de relación de las
empresas y de los empresarios con el medio sociocultural e
institucional vasco, impulsando los valores de nuestro trabajo,
esfuerzo y dedicación y de esa manera la figura del empresario, del
industrial y del emprendedor que a pesar de los ríos de tinta que
producen siguen viviendo en la soledad de una vida llena de riesgos y
dificultades.
Donostia Setiembre 2016
Iñaki Zuloaga Alberdi
Presidente de Garen
Donostia Setiembre 2016
Iñaki Zuloaga Alberdi
Presidente de Garen
La UE conoce perfectamente la hilatura del que está hecho el tejido empresarial europeo. Más del 95% de la empresas europeas son PYMES, ocupando a dos de cada tres de sus trabajadores; y representando dos tercios del valor añadido que se produce cada año. Pese a ello sus planes COSME 2014-2020(2.300 millones) y HORIZONTE 2014-2020 (76.000 millones) pierden efectividad entre un mar de gestoras, entidades, administraciones, politicas, directrices e intereses.
ResponderEliminarTomo como ejemplo COSME: Presupuesto para 2015: 264,27 millones. De ellos casi 102 (el 40% del presupuesto) se dedican (se marchan) a financiar (1) la red Enterprise Europe Network, (2) portales en línea (Your Europe Business portal,China IPR helpdesk), (3) campañas de sensibilización e intercambio de buenas prácticas, y (4) seminarios con objeto de optimizar las carteras de negocios de las PYME en nuevos mercados. Todo muy interesante, pero escasamente efectivo. Los 160 millones del presupuesto 2015 se destinan al estímulo bancario (garantías) por parte del Fondo Europeo de Inversiones que los usa como instrumentos de deuda y de capital (renta variable), convocando la selección de intermediarios financieras para que oferten sus propios productos a las PYMES. Los restantes casi 1,3 millones se van a encuestas sobre el acceso a la financiación de las PYMES.