La ideología transhumanista

Hay veces que cuando uno lee ciertas cosas, no puede menos que alegrarse de tener una edad. Es al menos lo que me ha ocurrido al leer el trabajo del biólogo Miguel Angel Serra y del abogado Albert Cortina titulado “ Humanos o Posthumanos” en el que se desgranan algunas proposiciones ideológicas emergentes para un futuro no tan lejano, como la ideología Transhumanista.
La ideología transhumanista pretende ofrecer un relato futurista, que dé una cobertura filosófica, moral, e incluso espiritual, a la dimensión tecnológica del proyecto neoliberal postmoderno en este siglo XXI. Se trata de una corriente tecno-optimista, que trata de transformar, mejorando  radicalmente al ser humano, mediante la interacción e implementación en nuestro cuerpo y mente de tecnologías emergentes más allá de los condicionamientos y límites que nos impone la naturaleza, Así. define el “mejoramiento humano”, como el intento de perfeccionamiento de las condiciones orgánicas y/o funcionales mediante la tecnología. No se trata ya de la loable curación de personas enfermas, sino de potenciar a las personas sanas mediante el uso de un impresionante arsenal tecnológico, de modo que se genere un abismo entre humanos mejorados y no mejorados. Tecnologías de uso dual como los chips subcutáneos, prótesis externas e internas, al estilo de las propuestas en la famosa película protagonizada por Keanu Reeves, Johnny Mnemonic, que nos doten de superpoderes mentales, métodos farmacoquímicos o electromagnéticos para aumentar artificialmente nuestras funciones cerebrales (memoria, la agudeza sensorial o la capacidad de cálculo), e intervenciones con células troncales que regeneren nuestros tejidos viejos o dañados.


Según el movimiento transhumanista, gracias al aumento espectacular del progreso tecnológico, gracias al desarrollo de la inteligencia artificial y, sobre todo, gracias a la convergencia de las tecnologías NBIC (Nanotecnología, Biotecnología, Tecnologías de la Información, de la Comunicación y Neuro-Cognitivas), se producirá la posibilidad de fusión entre tecnología e inteligencia humana, dando lugar a una era en que se impondrá la inteligencia no biológica de los posthumanos. A esto lo denominan la Singularidad y para adelantar su llegada el transhumanismo nos propone tres elementos fundamentales: la Superinteligencia, la Superlongevidad y el Superbienestar. Nick Bronstom, Anbrey de Grey y otros pensadores transhumanistas desarrollan en detalle estas proposiciones.
No se si soy capaz de pensar con cierta ecuanimidad en estas proposiciones porque su origen neoliberal levanta inmediatamente en mí, la a barrera de la desconfianza porque creo que con estas ideologías las personas serán transformadas en productos tecnológicos que servirán únicamente a intereses privados de mercado y/o de la guerra
Pero con independencia de que vayamos a vivir estos terrores tecnológicos las propuestas del transhumanismo nos interpelan y no podemos ni debemos huir de nuestra responsabilidad, como seres humanos de dar una respuesta coherente de acuerdo a nuestra naturaleza, libertad y dignidad. Sean o no ilusorias las aspiraciones del transhumanismo la sociedad debe tomar conciencia de las mismas, abrir un amplio debate interdisciplinar y ejercer, desde un pensamiento crítico, una auténtica democracia real favorable al interés colectivo y al bien común. Construyamos pues, mediante una ética global que respete la dignidad inalienable de las personas, y bajo los principios civilizatorios de Libertad, Igualdad y Fraternidad recogidos en la Declaración Universal de los derechos Humanos, una auténtica Humanidad para el siglo XXI.


                                                                                      Donostia Octubre 2019
                                                         

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