Monarquía y laicidad
Voy a referirme a la contradicción que supone en el marco constitucional la incompatibilidad del estado laico, los principios que defendemos y la monarquía reinante. No hay rey sin Dios ni Dios sin Iglesia. No hay por tanto, Rey sin Iglesia. El uno depende del otro como legitimador de su privilegio, como favorecedor de su voluntad y como perpetuador de su estirpe. Y la Iglesia siempre trae detrás una cohorte de confesores e interpretadores de la voluntad divina que indefectiblemente se instalan en los aledaños del poder para refrendar esa indisoluble unidad. Y así comienzan las interferencias en la laicidad del Estado. Estas interferencias tienen un amplio abanico que va desde la profusión de noticias y retrasmisiones de las televisiones y radios públicas de eventos religiosos relacionados con la monarquía hasta el status especial de la Iglesia en relación con la financiación. La Monarquía es además incompatible con nuestros principios de Libertad Igualdad y Frat...