Reflexiones filosóficas
(Luchemos contra la devaluación de las Humanidades)
Hace poco citaba en una de las entradas del blog a Sandor Marai, un gran escritor húngaro, emigrado a los Estados Unidos. Un ser humano al que le tocó vivir los acontecimientos más duros del siglo XX europeo. En su libro "El último encuentro" leía una de las reflexiones de la vida más interesantes que nunca haya encontrado.
" El deseo de ser diferentes de quienes somos; no puede latir un otro deseo más doloroso en el corazón humano. Porque la vida no se puede soportar de otra manera que sabiendo que nos conformamos con lo que significamos para nosotros mismos y para el mundo. Tenemos que conformarnos con lo que somos, y ser concientes de que a cambio de esta sabiduría no recibiremos ningún galardón de la vida; no nos pondrán ninguna condecoración por saber y aceptar que somos vanidosos, egoistas, calvos y tripudos; no, hemos de saber que por nada de eso recibiremos galardones ni condecoraciones. Tenemos que soportar que nuestros deseos no siempre tengan repercusión en el mundo. tenemos que soportar que las personas que amamos no siempre nos amen, o que no nos amen como nos gustaría. Tenemos que soportar las traiciones y las infidelidades, y lo más dificil de todo: que una persona en concreto sea superior a nosotros, por sus ciualidades morales o intelectuales. Esto es lo que he aprendido en setenta y cinco años de vida".
Hace poco citaba en una de las entradas del blog a Sandor Marai, un gran escritor húngaro, emigrado a los Estados Unidos. Un ser humano al que le tocó vivir los acontecimientos más duros del siglo XX europeo. En su libro "El último encuentro" leía una de las reflexiones de la vida más interesantes que nunca haya encontrado.
" El deseo de ser diferentes de quienes somos; no puede latir un otro deseo más doloroso en el corazón humano. Porque la vida no se puede soportar de otra manera que sabiendo que nos conformamos con lo que significamos para nosotros mismos y para el mundo. Tenemos que conformarnos con lo que somos, y ser concientes de que a cambio de esta sabiduría no recibiremos ningún galardón de la vida; no nos pondrán ninguna condecoración por saber y aceptar que somos vanidosos, egoistas, calvos y tripudos; no, hemos de saber que por nada de eso recibiremos galardones ni condecoraciones. Tenemos que soportar que nuestros deseos no siempre tengan repercusión en el mundo. tenemos que soportar que las personas que amamos no siempre nos amen, o que no nos amen como nos gustaría. Tenemos que soportar las traiciones y las infidelidades, y lo más dificil de todo: que una persona en concreto sea superior a nosotros, por sus ciualidades morales o intelectuales. Esto es lo que he aprendido en setenta y cinco años de vida".
Amor al saber. Filosofía.. Tener interés por las ideas, las cosas, los hechos y las personas. Son condiciónes necesarias de los buscadores. Curiosidad.e interés. Pero tener interés y curiosidad para buscar y acumular conocimiento, solo representa una voluntad. Necesita de algo más para convertirse en saber. Necesita inteligencia para discernir y sintetizar. Necesita perseverancia, porque el conocimiento precisa de reposo y meditación para fermentar en sabiduría.
Todos los filósofos a los que leemos nos aportan algo en el conocimiento del ser humano. El ser humano es poliédrico y como tal debe de asumirse. No somos platónicos, ni aristotélicos, ni estoicos ni epicúreos. No somos kantianos ni cartesianos, ni existencialistas ni nihilistas. Somos un poco de todo. Somos platónicos y estoicos porque nos educaron en el idealismo y en el deber. Somos epicúreos porque reconocemos la virtud de no renunciar a nada sin abusar de nada, aunque hemos aprendido que esta doctrina es muy difícil de practicar porque la fortaleza que requiere el justo medio de algunos disfrutes, es tan difícil que resulta más sabio renunciar a ellos. No nos disgusta Kant, porque tenemos sentido del deber y de la moral como compromiso de convivencia de los seres humanos, y con independencia de nuestras concesiones al saber de los eruditos, desconfíamos de la sabiduría de los hombres que nunca se han acostado con una mujer ni salido de su pueblo. La experiencia y el contraste son esenciales en la forja de la sabiduría.
A quién no sedujo Ciorán y su
nihilismo brillante pero más allá del regusto melancólico
(inevitable en una vida) no nos aportó sabiduría a nuestra existencia de
por sí carente de capacidad para discernir el sentido último de la vida. No sabemos si el mundo es un
gran teatro pero creo que a todos
nos gustaría hablar con el que reparte los papeles. No tanto para
hablarle de uno en concreto, sino
del de varios millones de seres a los que les ha tocado la parte mala
de la obra.
Pero vale de filósofos.
No nos aburramos con más apelaciones a sus pensamientos, Ya nada significan en el mundo educativo de hoy. en el que las humanidades quedan relegadas frente a los gadgets tecnológicos mensajeros de futuras esclavitudes.
No parece importarles a los que gobiernan, nuestras inquietudes, ni nuestros diálogos con lo misterioso, con lo desconocido, con lo recóndito del ser en que habitamos, ese alma que arrastra un cadáver que diría el filósofo.
De momento tendremos que conformarnos
con seguir acumulando conocimientos en el crisol calentado por nuestros
pensamientos y nuestras dudas, e ir obteniendo, de vez en cuando, en la
punta del alambique, una pequeña gota de sabiduría.
Donostia Noviembre 2015
Donostia Noviembre 2015
IZ
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