El deber de la Memoria
"De los fenómenos de la conciencia, la memoria, es el milagro mas temible y misterioso"
Sandor Marai
No es la reconstrucción de la Memoria Histórica, de ninguna manera, un acto de venganza. Bien al contrario se trata de una iniciativa carente de sectarismo y abierta a la reflexión sobre la maldad de la violencia y del odio. Un monumento a la Tolerancia, la Convivencia y la Racionalidad frente al Fanatismo, el Dogmatismo y la Intolerancia. Un camino para que resplandezca la Luz en la Memoria de los hermanos salvajemente perseguidos fisica, económica, jurídica e intelectualmente y cuya dignidad se eleva hoy radiente sobre la basura vertida sobre ellos. Y todo ello gracias a nuestro trabajo fraternal y solidario con ellos y con su Memoria, que no lo olvidemos jamás, también es la nuestra.
Sandor Marai
No es la reconstrucción de la Memoria Histórica, de ninguna manera, un acto de venganza. Bien al contrario se trata de una iniciativa carente de sectarismo y abierta a la reflexión sobre la maldad de la violencia y del odio. Un monumento a la Tolerancia, la Convivencia y la Racionalidad frente al Fanatismo, el Dogmatismo y la Intolerancia. Un camino para que resplandezca la Luz en la Memoria de los hermanos salvajemente perseguidos fisica, económica, jurídica e intelectualmente y cuya dignidad se eleva hoy radiente sobre la basura vertida sobre ellos. Y todo ello gracias a nuestro trabajo fraternal y solidario con ellos y con su Memoria, que no lo olvidemos jamás, también es la nuestra.
En
este primer libro sobre la historia de Altuna nº 15, cuyas labores de traducción ya están concluidas y que vamos a publicar próximamente,
teníamos la obligación de recordar las razones que nos impulsaron a
realizar aquél primer viaje a Salamanca en 2001 y comenzar la
elaboración de este trabajo.
No fueron estas razones exclusivamente ni principalmente, las de encontrar hechos en la
historia de Altuna nº 15, conocer ubicaciones, rescatar nombres,
recuperar sellos y cartas patentes o nutrirnos de documentos
masónicos, con los que adornar la nueva andadura, No negaré el
valor y la emoción de esa investigación, pero hemos de añadir otras motivaciones que también
nos guiaron de manera significativa..
Primeramente
sentimos una motivación simbólica. El lenguaje simbólico es
fundamental para los masones.
La necesidad de recuperar el marco de valores y el esquema de
trabajo, que orientó la actividad masónica de aquella logia
republicana. La Memoria y en su caso la Tradición, representan el
presente de pasado. Son, a nivel simbólico, la forma de recordar lo
que hemos sido, desde aquél primer momento en que decidimos
abandonar el clan, para vivir juntos y afrontar el futuro colectivo
desde la convivencia y la sociabilidad en una estructura social
común. A nivel personal cuando alguien nos preguna quienes somos,
le contamos nuestra biografía y a nivel colectivo le contamos
nuestra historia. Si la memoria es tan fundamental es porque es el
contenido del armazón de nuestro ser, individual y colectivo, el
que nos da continuidad y coherencia ya que nunca podemos olvidar que
no se puede ser fiel a
lo que no se recuerda.
La trayectoria vital de un ser humano, de una logia, están ancladas
a sus recuerdos, y a los recuerdos que le unen con sus mayores y con
el destino colectivo de la humanidad.
No
fue menor, por citarlo en
segundo
lugar, nuestro compromiso con nuestra humanidad. Ser humanos, nuestra
virtud como seres, que diría Spinoza. Ese camino que nos conduce
desde el animal que llevamos dentro, hacia el ser humano que queremos
ser. Ese camino difícil hacia nuestra propia excelencia. Cuando se
trabaja la Memoria Histórica, es fácil encontrar actitudes del
tipo. ¿Para que remover el pasado? En primer lugar por decencia.
También por humanidad. Desde luego por respeto. Para saber y
conocer y ser así fieles a nuestra condición humana ¿Para que
recordar nos decían otros? Para guardar la memoria de quienes se
sacrificaron por nosotros. Es sabio olvidar, afirman muchos apóstoles
de la falsa concordia, una concordia basada en el olvido forzoso.
Olvidar es sabio. Ciertamente lo es, pero es sabio olvidar lo que se
desea olvidar, no lo que a uno le imponen olvidar. Los cadáveres,
desde las cunetas, siempre, una vez tras otra, llamarán a nuestras
conciencias.
En
tercer lugar, no
podemos olvidar la historia a riesgo de que se vuelva a repetir. El
infausto Tribunal de Represión de la Masonería y el Comunismo es un
monumento a la infamia. Recuperar fielmente las atricidades cometidas
en su nombre es una obligación, para limpiar el nombre de nuestros
hermanos sepultados por toneladas de basura propagandística. Hombres
intelectualemnete cultivados y socialmente importantes, no sólo por
su posición social sino por su actitud ciudadana, que fueron no
solamente acusados, juzgados y condenados por unos delitos absurdos,
sino que fueron vejados hasta límites insospechados, obligados a
retractarse de sus ideales a palos y con amenazas a sus familias, y
que finalmente fueron condenados a la indignidad en forma de miseria,
al ser multados con cantidades impagables e inhabilitados para
ejercer sus profesiones. Escuchar los testimonios de los policías
que les obligaron a retractarse da vergüenza y asco. “Pequeño,
vicioso, bebedor y mal hablado....” dicen en uno de los expedientes
de Salamanca de un hermano de Altuna, abogado y hombre de la
política, ciudadano modélico y ejemplar en los valores de la
ciudadanía. Esta es la inmundicia del fascismo de las mentes
aplicadas con sadismo a nuestros hermanos masones.
Y
es aquí donde debemos destacar el cuarto
elemento de
nuestras obligaciones como hermanos. Nuestra Fraternidad hacia los
peseguidos, hacia los humillados, hacia los vejados, hacia los
asesinados, hacia quienes nos precedieron en el tiempo en la cadena
de Unión. No podemos hermanos cejar en nuestros esfuerzos para
recuperar la Memoria Histórica de todos nuestros hermanos, mientras
quede en pie un resquicio de aquella ignominia, de aquella infamia
que asoló nuestro país hasta hace escasamente sesenta años.
Porque
en contra de lo que digan los falsos apologetas y defensores de
aquellas bestias vengativas, la matanza de masones no fue de ninguna
manera un acto más, una consecuencia fatídica y propia de la
violencia intrinseca de la guerra. Bien al contrario fue un acto de
premeditada venganza, de meticulosa crueldad, de aborrecible
contumacia, ejercida de manera sistemática desde su comienzo en
Setiembre de 1940 hasta la reconversión de este infausto tribunal en
otro no menos infausto, el conocido TOP (Tribunal de Orden Público)
creado en 1963. la represión de la Masonería es un acto de venganza
pura y dura. Un año había transcurrido desde el fin de la contienda
pero eso poco importó a quienes diseñaron esta herramienta de odio
y destrucción de los masones.
Donostia Octubre 2015
Iñaki Zuloaga
¿Qué opinas de los que piensan que la Memoria es sólo reavivar el odio del pasado?
ResponderEliminar¿Qué propones como vía de conciliación?
¿Es prescindible la Memoria en un estado democrático?
¿Cuál es tu postura frente a las otras memorias? (por ejemplo muertos de la Transición, represaliados de la dictadura de Primo,)
Ea, creo que te dejo deberes para rato.
Fdo: Hermi
Muchas y muy interesantes preguntas que seguramente necesitan un articulo para ser respondidas y posiblemente así lo haré. En este espacio la respuesta ha de ser mas escueta.
EliminarLa Memoria puede servir para el bien o para el mal. Es neutra en si misma por eso hay que ser claro en los principios que la iluminan. Para el odio, pues no, eso sería miserable. Para aprender del pasado, para recordar a los que queremos, para ser fieles a nuestros principios y quienes nos los inculcaron. Este es un mejor camino.
La Memoria debería ser en si misma un gran espacio para la reconciliación. Esto sólo es posible si se desea aprender de ella.
En un estado democrático la memoria es fundamental. Tras milenios de abusos de las clases guerreras y eclesiasticas el pueblo toma las riendas de su destino a finales del siglo XVIII. ¿Crees que debe olvidarse de lo que significa la opresion de los poderosos? Si no quiere volver a la tiranía del pasado la memoria debe de ser fundamental para ser fieles a lo que somos. Hombre y mujeres libres.
Otras memorias. Por supuesto. Recordar es bueno. Olvidar también, pero olvidar lo que se quiere olvidar no lo que te imponen olvidar.
Un abrazo
Iáki